Hoy, el Torrontés es sinónimo de Argentina. Es nuestro vino blanco insignia, celebrado en todo el mundo por su explosión de aromas florales y su frescura vibrante. Pero, ¿fue siempre así? La respuesta es un rotundo no. Hubo un antes y un después en la historia de este varietal, y ese punto de inflexión tiene un nombre y un apellido: Susana Balbo.
Esta es la crónica de una revolución silenciosa; la historia de cómo la audacia, la visión y el conocimiento de una joven enóloga no solo salvaron a una uva del olvido, sino que la pusieron en el escenario mundial. Esta es la historia de cómo Susana Balbo se convirtió en la "Reina del Torrontés".
El escenario: Salta en los años 80 y un varietal incomprendido
Imaginemos la escena. Es el año 1981 y una recién recibida Susana Balbo, la primera mujer enóloga del país, llega a Cafayate, Salta, para su primer trabajo en una bodega. La región era, y sigue siendo, la cuna del Torrontés, pero el vino que se elaboraba en ese entonces era muy distinto al que conocemos hoy.
En esa época, el Torrontés era considerado un vino de mesa rústico. Las técnicas de vinificación eran básicas, a menudo resultando en vinos con un color oscuro por la oxidación, aromas pesados y un perfil en boca que carecía de la frescura y la elegancia que la uva prometía. Era un diamante en bruto, y nadie parecía saber cómo pulirlo.
La visión: viendo el potencial donde nadie más lo veía
Donde otros veían un vino simple, Susana vio un potencial extraordinario. Ella entendió que la identidad del Torrontés no residía en la fuerza, sino en su delicadeza. Reconoció un perfil aromático único en el mundo, comparable al de grandes uvas como el Muscat o el Gewürztraminer, pero con una personalidad inconfundiblemente argentina.
El desafío no era inventar nada nuevo, sino todo lo contrario: proteger la pureza de la uva. La misión se convirtió en cómo capturar esos aromas frágiles y maravillosos del viñedo y llevarlos, intactos, hasta la copa.
La revolución técnica: frío, acero inoxidable y una nueva era
La visión de Susana se materializó a través de una revolución técnica, aplicando conocimientos que hoy son estándar, pero que en ese momento fueron disruptivos para la región.
- El control de la temperatura: Este fue el cambio más crucial. Susana implementó la fermentación a bajas temperaturas. Al enfriar los mostos, el proceso se ralentiza, evitando que los delicados aromas a flores (como el jazmín y la rosa) y a frutas (como el durazno y el ananá) se "volaran" por el calor. Fue la clave para preservar el perfume del Torrontés.
- La pureza del acero inoxidable: Abogó por el uso de tanques de acero inoxidable en lugar de los antiguos recipientes de cemento sin recubrimiento, que podían ser porosos y difíciles de limpiar. Esto garantizó una higiene impecable, eliminó el riesgo de oxidación y permitió que la expresión pura y limpia de la uva brillara sin interferencias.
El resultado fue un vino que nadie había probado antes: un Torrontés de color pálido y brillante, explosivamente aromático en nariz, pero sorprendentemente seco, fresco y elegante en boca. Había nacido un nuevo clásico.
El legado: de Cafayate al mundo
El nuevo estilo de Torrontés creado por Susana fue un éxito inmediato. Primero conquistó el mercado argentino y luego comenzó su viaje por el mundo, convirtiéndose en la cara de los vinos blancos de nuestro país. Este logro, nacido de la convicción y el talento en sus primeros años de carrera, fue el que le otorgó el merecido y respetado título de "Reina del Torrontés".
Su historia con este varietal no terminó en Salta. La pasión de Susana la ha llevado a seguir explorando y desafiando los límites del Torrontés, estudiándolo en el terroir de altura del Valle de Uco y creando estilos innovadores que demuestran su increíble versatilidad.
La historia de Susana y el Torrontés es mucho más que la historia de un vino; es la prueba de que la visión, el coraje técnico y el profundo respeto por la uva pueden cambiar el destino de un varietal para siempre.
Descubrí el legado de la "Reina del Torrontés"
La misma pasión y visión que transformaron al Torrontés en los años 80 siguen vivas en cada una de nuestras botellas. Desde el fresco y vibrante Crios hasta las complejas y audaces ediciones limitadas, te invitamos a ser parte de esta historia y a probar el resultado de esta revolución.
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