por Federico Ancillai
Es, quizás, una de las preguntas más fascinantes en el mundo del vino. Descorchás un Malbec 2019 que recordabas increíble y, al año siguiente, probás el 2020 y lo sentís diferente: más potente, más fresco, distinto. No estás equivocado, y no es tu memoria. Es una observación excelente.
Que un mismo vino, de la misma bodega y el mismo viñedo, presente variaciones entre cosechas no solo es normal, sino que es la prueba más honesta de su autenticidad. La respuesta a esta pregunta se divide en dos grandes conceptos: la personalidad de la añada y la evolución en el tiempo.
Y la herramienta para entenderlo se llama cata vertical.